En Burgos la sopa castellana es un plato popular y muy tradicional, sobre todo en días frescos como
los que estamos viviendo. La sopa castellana es un clásico de la gastronomía, un
plato que nació en las casas más humildes, elaborado con los ingredientes más
sencillos.
Se dice que esta humilde receta tiene siglos de historia.
Que nació en tierras zamoranas (de ahí que se llama Castellana).
La carencia de alimentos llevó a unir en una olla un poco de
pan sobrante (duro como una piedra) con ajo, sal y pimentón. Y el resultado fue
un planazo que con los años ha ido evolucionando.
Hay quien añade trocitos de jamón ibérico, quien sustituye
el agua por caldo de ave o jamón, quien quita el pan y le añade coliflor, quien
la cocina con pimientos choriceros, tomate natural e incluso quien le pone un
poco de queso y en la nuestra no puede faltar el chorizo y la morcilla.
Lo cierto es que este manjar se extendió por toda la
península y durante muchos años fue uno de los platos preferidos para los
almuerzos.
Hay una ligera diferencia entre una sopa castellana y una
sopa de ajo. Básicamente es el caldo. Es decir, la castellana es más acuosa que
la de ajo, donde se deja más tiempo reposar y esto hace que el pan chupe todo
el caldo y se quede espesa.
El dramaturgo Ricardo de la Vega hizo un poema dedicado a
sus siete virtudes:
tienen las sopas
quitan el hambre,
y dan sed poca
Hacen dormir
y digerir
Nunca enfadan
y siempre agradan
Y crían la cara
Colorada
Os dejo el enlace para preparar nuestra sopa castellana con una receta de la Diputación de Burgos
https://www.burgos.es/provincia/gastronomia/recetas/sopa-castellana
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