"No está claro que Madrid sea la cuna de las patatas
bravas". Esa es la versión oficial: parece que fue en el callejón del
Gato, en la zona de la Puerta del Sol, donde se habrían documentado por primera
vez en los años cincuenta. Sin embargo, Edu
González (el químico ambiental que cambió la ciencia por las patatas) insiste en
que su investigación le ha llevado a situar el origen del plato en puntos tan
dispares del territorio como Burgos, Zaragoza o Canarias, pasando por
Barcelona.
La calle Sombrerería es uno de los principales lugares para
disfrutar de un buen tapeo en la capital burgalesa. Muchos son los lugares en
los que disfrutar de un buen vino y una buena tapa y la oferta es, sin lugar a
dudas, larga, diversa y de calidad. En el centro neurálgico de esta zona
destaca un local que desde 1957 se ha convertido en punto de encuentro para
muchos, el Mesón Burgos y sus bravas.
Sin duda, las bravas son la tapa reina en los bares y restaurantes
que cuidan cada vez más su presentación y sus ingredientes con el ánimo de
sorprender a burgaleses y foráneos.
Atrás quedaron las clásicas patatas con salsas comerciales
para dar lugar a más que elaboradas bravas que se distinguen por su elaboración
y los ingredientes que se utilizan para dar con el mejor sabor. El secreto, una
cuidada elaboración y la calidad de los ingredientes.
Lo que está muy claro, es que en Burgos tenemos las mejores
patatas bravas del país.
(Fuente: eldiario.es, diariodevalladolid.elmundo.es, burgosconecta.es)
2 comentarios:
Están buenísimas, no hay duda ninguna😊😊
Muchas gracias por comentar, estoy completamente de acuerdo contigo
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