Parece ser que este criterio de salubridad de las aguas seguía
vigente y así aparece grabado en el frontis donde se la denomina “Fuente de la
Salud” y consta la fecha de 1918.
Entre rumores y comentarios sobre el tema, hallamos una
prueba de cómo persistía el interés por su aprovechamiento con la petición efectuada
al Ayuntamiento, en el mes de agosto de 1922 en la que un ciudadano solicitaba
la explotación del agua procedente de “Fuentes Blancas” con intención de
lanzarla al mercado y venderla como “Agua de mesa” ofreciendo por aquellas de
diez céntimos por cada botella con destino a la Beneficencia Municipal, si bien
dejaba bien claro que no se impediría el uso público normal de la fuente.
En la contestación municipal se manifestaba la necesidad de
proceder a la actualización de los análisis ante posibles cambios en las
condiciones del agua, cuestión que no debió ser resuelta favorable ya que este asunto,
al final, quedó convertido en “AGUA DE BORRAJAS”
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